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ACCIDENTE AEREO Este 2024 se cumplen 75 años del terrible accidente aéreo. El 26 de septiembre de 1949, el avión en el que viajaba Paco Mayo se desplomó a las faldas del volcán Popocatepetl. En el fallecieron también, la actriz Blanca Estela Pavón y "El apóstol del maíz" Gabriel Ramos Millán, entre otros. Paco Mayo murió a los 38 años de edad con sus ideales y su Leica colgada al cuello. |
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España-México
¿Por Qué España?
España fue la primera nación que levantó la voz contra la intolerancia, la primera que intentó detener la barbarie, los asesinatos masivos de los regímenes totalitarios. Existe una relación estrecha, una continuidad, entre los sucesos de la Guerra Civil Española y los de la segunda conflagración mundial. El código de lo irracional, lo inhumano, se preparó en España, y la comunidad internacional no previó el cambio de la conducta humana. La ceguera de los países europeos fue absoluta. A partir de España, el mundo se vuelve un exiliado. En España se pisotearon las libertades y los derechos humanos. Fue ahí donde se dio el abominable grito de ¡Muera la Inteligencia!, Que no fue el grito personal de un militar sino la consigna de un régimen, de todos los regímenes totalitarios. Defender la causa de España significó defender los principios de la civilización misma. La cuna del holocausto se fabricó en España y la derrota de la República fue, por lo mismo, la derrota del hombre. A los crímenes masivos antecedieron los crímenes individuales. Había que asesinar a la poesía, a la religión, a la política en sus máximos representantes. Había que debilitar la fuerza nacional de los intelectuales. Federico García Lorca fue de las primeras víctimas del cavernario grito de Millán Astray. Pero no se puede llevar al paredón a la poesía. La poesía es inmortal... Muertos te mataron a ti que eras vida. Un solo verso de Pedro Garfías poeta del exilio en México, que así reaccionó al vil asesinato. Juan Ramón Jiménez. Premio Nobel de Literatura otorgado en 1956, premio a toda la inteligencia del exilio. El Exilio Español en México. En los primeros cinco meses salieron de 1939 salieron de España más de medio millón de refugiados, la mayoría por los Pirineos (un 90%). Más de quince mil perecieron ese año en los campos de concentración del sur de Francia y más de cinco mil desaparecieron en la Alemania nazi. Nadie programó, estructuró o dirigió el exilio español. Fue espontáneo, surgió como una explosión de individualidades excepcionales, portadoras, sin saberlo, de las mejores virtudes de lo >español<. Fragmentada , miles de familias, sin apoyos económicos, con la indiferencia, y aun la hostilidad de diversos gobiernos, sin documentos ni visados, sin pasaportes y, hasta el día de hoy, sin conocimiento cabal de cuántos fueron, a dónde llegaron y en qué fechas cruzaron fronteras, en las más adversas condiciones, y ocuparon o les hizo ocupar el ejército francés, las costas de Port Vendres, Beziers, Narbonne, incluso el trsite castillo de Collioure, y Gurs, Le Vernet, Mazeres, Agde, Septfons, Rivesaltes, etc., campos de concentración improvisados en aquellas inhóspitas playas. Acrecentadas las conciencias individuales, crecidos los republicanos en experiencia humana, dejan España, pero la llevan consigo a todas partes, entre furgones y fronteras. Está con ellos en los campos de púas. Poder revivir la conmoción espiritual que experimentaron aquellos grupos humanos que sabiéndose vencedores tuvieron que padecer las más atroces desventuras. Tenían la seguridad de haber puesto en el tapete del mundo el problema de la libertad y la dignidad del hombre y esa seguridad acrecentó su densidad humana. Al concluirse la guerra civil y reconocido el gobierno de Franco por Francia, el Reino Unido y los EE.UU., el gobierno recién instalado en Madrid anuló la nacionalidad española de quienes se expatriaban. Buques como el Sinaia, Mexique, Ipanema, Flandes, Winnipeg, Nyasa, Serpa Pinto, Sao Tomé, Quanza, y el Champlain, Hundido por un torpedo o una mina, sin que se conozca el número de los desaparecidos, partieron hacia América, en cuantía mayor a México, el único país que durante los siguientes cuarenta años mantuvo relaciones diplomáticas oficiales, en todos los órdenes, con lo que restaba del gobierno de la República Española Atropellados física y espiritualmente, no se acobardaron en la tarea de poner a prueba a España, día tras día, todos los días de su nueva existencia. No vinieron a América a introducir caballos, vinieron a sembrarse y se sembraron. El exilio republicano en México fue la consecución de la unidad española en la democracia y la libertad. Los emigrados quedaron unidos por la raíz misma del exilio: una historia común de desventuras, que borró las fronteras regionalistas y políticas; un capo de concentración, ese espacio ignominioso que les hizo ver que la última patria que pierde el exiliado es su idioma y ése estaba con ellos como techo, abrigo, bandera y columna vertebral. Todos se sintieron, eran españoles, expatriados y antifranquistas. Todos compartían lo que llevaban de la patria, la miseria, la derrota, los muertos que les mataron y las muertes que esperaban la muerte. La historia del exilio es una continuación de la historia de España. ¿Pero fue fácil el exilio? Las crónicas expresan que cada semana había un entierro. Personas de edad avanzada, afectadas en su salud, en lo físico y en lo moral, que lo perdieron todo llegaron a México para “dejarse morir”. Muchos españoles se conocieron en el panteón español, en el que ya reposaban miles de otros tiempos. Hubo pleno entendimiento en la Sociedad de Beneficencia Española, o “Sanatorio Español” fundada por los viejos emigrantes hace más de siglo y medio. La acogida a los desterrados en México fue generosa y ejemplar. Al llegar no se les exigió documento alguno, ni títulos universitarios, todos pudieron ejercer su profesión desde el principio. Bastó la invitación mexicana:esta es su casa. Haga lo que usted sepa hacer. México está abierto a sus capacidades y necesidades. Los transterrados con sencillez y tesón, sin medir las horas de trabajo, sin sospechar siquiera la repercusión que iba a tener su ejecutoria, miles de republicanos españoles dieron estatura a España, al mostrar a México, el generoso anfitrión, las mejores y más nobles cualidades del pueblo español, las que ellos habían defendido.
Política de atracción España-México
1936 -1949
La proclamación de la Segunda República Española en 1931, nacieron las esperanzas de varias generaciones de todos los sectores de la sociedad española, casi todos los movimientos reformistas de los siglos XIX y XX estaban centrados en la élite cultural de la Nación.
La conciencia política entre los grupos intelectuales y profesionales españoles desarrollaron teorías en las que se basó posteriormente la República, pero los rebasaron las crisis sociales y políticas que surgieron durante la República y la Guerra Civil. Al estallar la Guerra Civil en 1936, se desmoronaron la vida intelectual y cultural y la organización académica. Una parte considerable de los intelectuales y políticos españoles pudo escapar al exilio, casi destruyendo la vida intelectual en España durante un siglo. México fue el país al que llegó la mayor parte de ellos. Cuando resurgió la vida cultural española después de la Guerra Civil ya no tuvo su centro en Madrid sino, en la Ciudad de México. Esta inmigración hispana de 1939, a México, singular y única en la Historia de ambos países por el número de los que vinieron- nunca antes habían llegado tantos y juntos y sobre todo por la preparación que poseía una gran parte de ellos; letrados y rectores de Universidades, políticos democráticos, profesionistas y técnicos, obreros y mujeres que supieron incorporarse al trabajo laboral. Esto se explica que dejaran huella profunda en el México de la época. El dilema de los exiliados españoles de 1939, fue que habiendo participado en la historia de España, pasaron también a ser factor incluyente de la Historia de México. La alternativa de los refugiados españoles, consistió en que habiendo luchado por sus ideales políticos y sociales en España,” los echaron de casa”… dejando de desempeñar un papel activo en los acontecimientos españoles. En México encontraron un sistema político y social que abarcaban los mismos ideales que habían inspirado a la República en España. Los españoles republicanos pudieron trabajar en México, contribuyeron al progreso económico, social e intelectual mexicano. Sin embargo México solo fue parcialmente efectivo como crisol de los republicanos, obligados abandonar su patria porque ellos y personas cercanas a ellos lucharon en nombre de la República Española y perdieron. Buscamos el sentido que, para España y México, ha tenido la presencia y la actuación de éste conjunto de republicanos españoles que hace 100 años fueron acogidos en México, la resonancia de la guerra civil y el rescate de los vencidos, su trasplante, su asimilación y, a la vez la presencia del propio pasado español, los ideales , la libertad, la justicia y la esperanza de vida digna. Esta inmigración española a México, singular y única en la historia de ambos países. México y España se encuentran hoy solidarizadas en un mismo afán de libertad, cultura, superación humana y avance social. Mirando al futuro, esta conducta puesta hacia la consolidación de un pluralismo político, debe buscar la doble lucha por la libertad y por las transformaciones sociales decisivas que afirmen el derecho de que no exista una sola conciencia histórica que por degradar su presente, arriesgue su porvenir. El gobierno de México, representado en el Presidente Lázaro Cárdenas del Río, cumplió con el principio internacional de adhesión y asistencia al agredido, y de sostenimiento solidario por el poder de la ley. El Presidente Cárdenas tenía la evidencia de la victoria del gobierno republicano español, pero si España viviera un período difícil, México sería una patria para los españoles, basado en el derecho internacional. Debido a la trayectoria histórica de la política exterior de México en defensa de la libertad, la autodeterminación de los pueblos, la no intervención y la solución pacífica de las controversias, México promovió el asilo político recibiendo en 1937 a 450 Niños de la Guerra, adoptados por México como “Niños de Morelia”, y a partir de 1939 al Exilio Político Republicano Español, el más importante por su calidad intelectual, política y social. Eses numeroso grupo de hombres, mujeres y niños del Exilio, ha marcado para la España actual un sentimiento de reivindicación histórica.
¿Qué habéis hecho de España?
¡Yo Acuso! Contra la traición y sus cómplices Felisa Gil
A la memoria de todos, españoles y voluntarios internacionales, que cayeron en la lucha por las libertades de España; a los abnegados soldados de la guerrilla, que aún combaten en los montes y en la clandestinidad; a la memoria de los sacrificados por los asesinos del yugo y las flechas; a las madres españolas que sufren en silencio el dolor de la pérdida de los seres queridos y siguen inculcando a sus hijos el credo del sacrificio y liberación de la patria encadenada; a todos los hombres y mujeres del mundo, que siguen alentándonos, con su ayuda y su simpatía, en la magna cruzada de liberación de España. Felisa Gil
Joven, en plenitud de su vida y de sus anhelos de lucha y triunfo, Felisa Gil es una veterana en el combate por las libertades de España. ¿Qué importa que el tiempo inclemente no dé fin a su dolor y a su miseria, alargando las horas que han de conducirla a su dicha, si la dicha ha de llegar? ¿Qué importa que las incomprensiones de políticos necios, estropeen la hora de su llegar hacia la meta, si no hay quien la detenga? ¿Qué importa que una política internacional retrógrada e incomprensible, mantenida por los gobiernos de algunos pueblos empeñosamente, ayude al vil caudillo español a levantar rejas, patíbulos y cruces en el suelo de España si cuanto más tarde Iberia en romper sus cadenas más definidos han de ser los principios que la conducen a la felicidad? |
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