ACCIDENTE AEREO

Este 2024 se cumplen 75 años del terrible accidente aéreo. El 26 de septiembre de 1949, el avión en el que viajaba Paco Mayo se desplomó a las faldas del volcán Popocatepetl. En el fallecieron también, la actriz Blanca Estela Pavón y  "El apóstol del maíz" Gabriel Ramos Millán, entre otros. Paco Mayo murió a los 38 años de edad con sus ideales y su Leica colgada al cuello.


 

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EL COLECTIVO DE MI GENERACIÓN



 
Manuel Azaña
 

Manuel Azaña Díaz, nació en Alcalá de Henares, el 10 de enero de 1880.

Estudió en el Colegio Complutense de San Justo y Pastor hasta el bachillerato, era un alumno de notas excelentes. Por decisión de su abuela, Manuel realizó sus estudios superiores de Derecho interno en el recién creado Real Colegio de Estudios Superiores María Cristina de El Escorial. Dado que el colegio carecía de la facultad de expedir títulos de licenciatura, los alumnos debían examinarse por libre en la Universidad de Zaragoza.

En febrero de 1913 entró a formar parte de la junta directiva del Ateneo como secretario primero; la avanzada edad y la gran actividad del presidente, Rafael María de Labra, llevaron a Azaña a tener que asumir algunas de las funciones de este, sobre todo desde 1916.

El comienzo de la Primera Guerra Mundial llevó a Azaña a posicionarse a favor de los aliados y a desarrollar algunas actividades de apoyo moral a estos. Puso a disposición de diversos intelectuales franceses la tribuna del Ateneo, respaldó un "Manifiesto de adhesión a las Naciones Aliadas" y realizó en octubre de 1916 una visita a Francia con un grupo de intelectuales españoles, que incluyó un acercamiento al frente
El golpe de estado de Miguel Primo de Rivera fue un momento crítico en su evolución política. En primer lugar, lo llevó a romper con el Partido Reformista porque entendió que su base doctrinal y moral era insuficiente para hacer frente a la situación política de España. Básicamente, Azaña entendió que el partido se había fundado para democratizar la monarquía, conservando su forma y su prestigio histórico, pero en modo alguno su arbitrariedad inherente, por lo que su aceptación del golpe podía considerarse una traición sencillamente imperdonable y un fracaso en la línea del partido que no supo ver la imposibilidad de confiar en la monarquía.

Finalmente, quedó constituida la Alianza Republicana, con presencia de los radicales de Lerroux y de los de la Acción azañista. En octubre se invitó a los socialistas a integrarse en la alianza, que estaban divididos al respecto entre los contrarios como Besteiro, y los favorables como Largo Caballero. Teniendo en mente una inmediata insurrección, Azaña y Alcalá-Zamora les pidieron que el pueblo trabajador acompañase al ejército cuanto el levantamiento se produjese, para que los militares, el pueblo y la clase media fuesen sus protagonistas, y no solo el ejército. Los socialistas aceptaron a cambio de dos puestos en el comité revolucionario de la Alianza.

El 15 de diciembre de 1930, día proyectado para la insurrección, los acontecimientos se torcieron y los principales líderes republicanos fueron detenidos. Azaña consiguió esconderse en casa de su suegro, donde durante casi un mes se dedicó a escribir su novela Fresdeval, en la que fabula la historia de su familia en la Alcalá de Henares del siglo XIX y expone su crítica a los liberales por no haber sabido aprovechar la Guerra de la Independencia para fundar la nación.

Aún escondido, Azaña continuó vigilando el desarrollo de los acontecimientos. Intentó apoyar la validez, siquiera provisional, del gobierno diseñado el 15 de diciembre y, ya en vísperas de las elecciones municipales que lo precipitarían todo, concedió el sentido de plebiscito a estas y avanzó la posibilidad de una manifestación de la voluntad popular que, sin el impedimento del ejército, constituiría una suerte de "alzamiento nacional".[23] Por fin, el día 12 de abril de 1931 la coalición republicano-socialista triunfó en la elecciones municipales en las capitales y principales poblaciones. Ante el entusiasmo de la población en Madrid, que salió a la calle, Azaña fue recogido de la casa donde estaba escondido por sus compañeros y se dirigió junto a ellos hasta la Puerta del Sol, para asomarse posteriormente al balcón del Ministerio de la Gobernación.
Sustituyó, a Niceto Alcalá-Zamora como presidente del Segundo Gobierno Provisional de la Segunda República Española (en octubre del mismo 1931).

El 16 de febrero de 1936 resultó vencedora esta coalición de partidos de izquierda por un ajustado número de votos, aunque en escaños la victoria fue rotunda. Inmediatamente, el presidente del Consejo, Manuel Portela Valladares, dimitió y Azaña se hizo cargo del gobierno sin que las Cortes se hubiesen llegado a constituir. Los mensajes de Azaña a la población fueron, constantemente, en la misma dirección.
Una vez que el gobierno francés abrió paso a civiles y militares por la frontera, entre el 28 de enero y el 5 de febrero, Azaña, su familia y sus colaboradores se dirigieron hacia ella. Negrín le comunicó personalmente que era decisión del gobierno que Azaña se refugiase en la embajada de España en París hasta poder organizar su regreso a Madrid. Azaña dejó claro que, tras la guerra, no había vuelta posible a España.
El 5 de febrero reanudaron el viaje hacia el destierro. Atravesaron la frontera por el puesto de aduana; iban, entre otros, Azaña, su esposa, Negrín, José Giral, Cipriano de Rivas y Santos Martínez. Descendieron hacia Les Illes por una barrancada helada.

Desde Les Illes viajaron a Collonges-sous-Salève, adonde llegaron el día 6 de febrero para instalarse en La Prasle, una casa que su cuñado, Cipriano de Rivas Cherif, y mujer, Carmen Ibáñez Gallardo, habían alquilado el verano del 38. Desde allí, le confirmó al embajador en Francia, Marcelino Pascua, que llegaría el día 8 a París, donde estaría varios días.

El 12 le presentó su renuncia el general Rojo y el 18 Negrín le envió un telegrama instándole a que, como presidente, debía volver a España. Azaña, sin embargo, tenía claro que no iba a volver, como tenía claro que presentaría su dimisión en cuanto Francia y el Reino Unido reconociesen al gobierno de Franco. Así, pues, regresó a Collonges el 27 de febrero (dos días después de que se diese el visto bueno al establecimiento de relaciones diplomáticas con España) y desde allí envió la carta de dimisión al presidente de las Cortes.
El día 16 de septiembre sufrió un grave infarto cerebral que le afectó al habla y le provocó parálisis facial. Un mes después, parecía sin embargo estar bastante recuperado, hasta el punto de que el nuevo obispo de Montauban, Pierre-Marie Théas, que acababa de intervenir para lograr la conmutación de la pena de muerte recientemente impuesta a Cipriano de Rivas, se acercó hasta el hotel para conocerlo. Con todo, a finales de octubre sufrió una nueva recaída de la que ya no se podría recuperar, muriendo el día 3 de noviembre de 1940.



 
Juan Negrín
 

Juan Negrín López, nació en  Las Palmas de Gran Canaria, el 3 de febrero de 1892.
Estudió las primeras letras en su ciudad natal en el colegio privado “La Soledad”. En 1906 su padre le envió a estudiar medicina a Alemania, comenzó la carrera a los quince años. El 21 de agosto de 1912, a los veinte años, obtuvo el grado de Doctor.

Ingresó en el Partido Socialista Obrero Español en el año 1929 de la mano de Indalecio Prieto durante la dictadura de Primo de Rivera, y en 1931 obtuvo el acta de diputado por Las Palmas, que mantuvo hasta su excedencia en 1934. Negrín no sentía gran interés por las teorías marxistas. Nunca mantuvo relaciones con los sindicatos y pertenecía al ala "prietista" del partido.

Durante el bienio social-azañista, sólo desempeñó dos cargos parlamentarios: vocal suplente del Tribunal de Responsabilidades (7 de julio de 1931) y vocal del Tribunal de Responsabilidades por el proceso de Jaca (25 de julio de 1933). También fue miembro de la Comisión Directiva del Grupo Parlamentario Socialista y representó al mismo en las comisiones parlamentarias de Estado, de Presupuestos y de Hacienda.
Tras la Revolución de 1934, fue investigado por su presunta participación en la misma, sobreseyéndose la causa. De tal modo siguió ejerciendo como vicepresidente del grupo parlamentario socialista, con funciones de presidente, debido al encarcelamiento de Largo Caballero por su participación en el fallido intento golpista.
Negrín fue nombrado ministro de Hacienda en el primer gobierno de Largo Caballero, creado el 4 de septiembre de 1936, en representación del PSOE y como miembro del ala prietista.

Al frente de Hacienda, supervisó el traslado secreto, tras la aprobación de un decreto por el gobierno de Largo Caballero que lo amparaba, de la mayor parte de las reservas de oro del Banco de España, hacia Cartagena, y su depósito final en Moscú. Fue el célebre "oro de Moscú", como lo designó la propaganda franquista.
En la primavera de 1937, pasó a desempeñar un papel crucial en la política de la España republicana. En esos meses, el gobierno de Largo Caballero se tambaleaba, ante el descontento de comunistas, prietistas y republicanos de izquierda, debido a la falta de integración del gobierno y la mala gestión del esfuerzo bélico (Largo Caballero era también Ministro de la Guerra). Sus opositores le acusaban de ineficacia, falta de centralización y condescendencia hacia las fuerzas de la izquierda republicana (anarquistas, caballeristas y trotskistas del POUM). Los comunistas provocaron una crisis de gobierno, pidiendo su sustitución al frente de la cartera de Guerra, algo en lo que el presidente de la República, Azaña, se mostró de acuerdo. Finalmente, ante la presión de los prietistas, que proponían a Negrín como presidente, tras la dimisión de Largo Caballero el 17 de mayo de 1937 el Presidente de la República Manuel Azaña le nombró Presidente del Gobierno.

El primer acto político importante del nuevo Gobierno Negrín fue la publicación de los llamados "Trece Puntos" (30 de abril de 1938), que establecían y concretaban los objetivos por los cuales se continuaba la guerra civil y sobre los cuales pretendía establecerse un principio de acuerdo con los llamados "nacionales":
La oferta fue rechazada por Franco, que exigió hasta el final una rendición incondicional. Frustrado el intento de lograr la paz, Negrín reforzó sus poderes e impulsó una nueva y gran ofensiva, que fue un desastre para los republicanos. Si cuando se hizo cargo del poder, en mayo de 1937, todavía era concebible una victoria del Frente Popular, a un año vista, los resultados militares del gobierno Negrín habían constituido un lamentable rosario de fracasos.
 
Se habían perdido las batallas de Brunete, Belchite, todo el Norte, Teruel, Alcañiz, Lérida, Tortosa y Vinaroz, quedando cortada en dos la España republicana. Trasladó el Gobierno a Barcelona (octubre de 1937), y en abril de 1938 reorganizó su gobierno (en el que acumuló la cartera de Defensa, que ocupaba Prieto), con el apoyo de la CNT y de la UGT. Negrín pretendió fortalecer el poder central frente a sindicatos y anarquistas, aliándose con la burguesía y clases medias, tratando de poner coto al movimiento revolucionario y creando una economía de guerra. Llevó a cabo una política de fortalecimiento del Ejército y del poder gubernamental, puso la industria bajo control estatal e intentó organizar la retaguardia.
 
Disconformes con su centralismo, el 16 de agosto de 1938 dimitieron los ministros Irujo y Ayguadé. El 21 de septiembre de ese mismo año anunció la retirada de las Brigadas Internacionales, esperando una acción recíproca de los voluntarios italianos en el bando nacional. Sin embargo, la mayoría de los simpatizantes de la República en el exterior, que habían defendido su causa porque era la causa de la libertad y la democracia, callaron ante los desmanes de las policías secretas".
 
En estos últimos días de la guerra, formó un inmenso tesoro con bienes incautados para el sostenimiento de los exiliados republicanos que se transportó a México en un yate de lujo de 690 toneladas fletado expresamente, el Vita, anteriormente conocido como Giralda, yate real de Alfonso XIII. A la llegada del Vita a Veracruz, Prieto se apoderó del barco, iniciando una larga y amarga disputa con Negrín. Se ha acusado a Negrín, tanto desde la izquierda como desde la derecha, de utilizar esos fondos en beneficio propio. Negrín afirmó que su intención era utilizar ese dinero para financiar el flete de barcos para el traslado de exiliados republicanos a México
Al final de la contienda se instaló en Francia, de donde se trasladó a Londres, donde continuó presidiendo el Gobierno de la República en exilio hasta 1945. Sin embargo, la mayoría de los partidos políticos y diputados a través de la Diputación Permanente desconocieron la legalidad de un Gobierno en el exilio en julio de 1939, poniendo en cuestión la gestión del Servicio de Evacuación y creando una Junta de Auxilio a los Refugiados, cuya actuación ha sido objeto de fuertes críticas.

Después de pasar un tiempo en el Reino Unido, fijó su residencia definitiva en Francia. Falleció en París a la edad de 64 años, de una dolencia cardíaca. Está enterrado en el cementerio del Père Lachaise. Dejó dispuesto que su muerte se anunciara dos días después, y que sobre su lápida no se escribieran más que sus iniciales: "J.N.L.".
 

 

 
Francisco Largo Caballero
 

Francisco Largo Caballero, nació en  Madrid, 15 de octubre de 1869.

Estuquista de profesión, Largo Caballero ya participó en la primera huelga de obreros de la construcción en el año 1890 y se afilió al PSOE en 1894, siendo uno de los más eficaces colaboradores de Pablo Iglesias. En 1909 fue deportado por su campaña contra la guerra de Marruecos. Fue concejal, diputado provincial y diputado a Cortes.

Participó en el Comité que organizó la huelga general revolucionaria de 1917 y, tras el fracaso de la misma, fue condenado a cadena perpetua e internado en el penal de Cartagena. Sin embargo, su encarcelamiento no duró mucho ya que fue puesto en libertad al resultar elegido diputado en las elecciones celebradas el año siguiente. A la muerte en 1925 de Pablo Iglesias, fundador del partido, le sucedió junto a Julián Besteiro al frente de su sindicato, la UGT. Fue Vicepresidente (19081918) y secretario general (19181932 y 19341938) de la central sindical socialista.

Tras la proclamación de la República en 1931, es nombrado Ministro de Trabajo, realizando importantes reformas, como la Ley de Contratos de Trabajo, la jornada de 40 horas semanales y la creación de jurados mixtos para resolver las controversias laborales. Sin embargo, va evolucionando hacia planteamientos más radicales. Sus apoyos en el Partido Socialista Obrero Español crecen y es nombrado presidente del mismo en 1932 en sustitución del más moderado Besteiro. Tras la derrota de la izquierda en las elecciones parlamentarias de 1933 comienza a defender una «revolución socialista» para destruir por la fuerza a la República "burguesa y reaccionaria". En 1934 desplazará también a Besteiro de la dirección de U.G.T. y, tras la entrada de ministros de la conservadora CEDA en el Gobierno, promueve la Revolución de 1934, que alcanza gran virulencia especialmente en Asturias y Cataluña.

En la primera región, la insurrección de mineros armados socialistas y comunistas, con el apoyo de la C.N.T., será duramente sofocada por el general López Ochoa bajo la dirección desde Madrid del general Francisco Franco, actuando ambos a las órdenes del Gobierno de la República. En Barcelona, el presidente de la Generalidad de Cataluña, Lluís Companys, proclama el Estado Catalán dentro de la República Federal Española, siendo el movimiento insurreccional abortado por el general Domingo Batet. El apoyo a la insurrección fue mucho menor en el resto del territorio español, incluso por parte de los mismos socialistas. Tras el fracaso, Largo es de nuevo juzgado y condenado a treinta años de cárcel, aunque pronto fue puesto en libertad.

Al estallar la Guerra Civil Española el 18 de julio de 1936, Largo asume el protagonismo entre los líderes del PSOE y lucha por mantener la cohesión dentro del movimiento socialista. Convencido que la unidad de criterios dentro de los partidos de izquierda era fundamental para detener a los sublevados franquistas, Largo Caballero trata de evitar disensiones dentro del bando republicano y busca la colaboración mutua del PSOE con el PCE y el POUM, tratando en vano que ambos grupos eliminaran sus diferencias.

Tras el derrumbe del gobierno Giral, el 4 de septiembre de 1936, ya en plena Guerra Civil, Largo fue designado jefe del gobierno, siendo el primer obrero que desempeñó esta magistratura en España. Se reservó, además el esencial Ministerio de la Guerra, organizando un Estado revolucionario sobre las ruinas del gobierno republicano con la ayuda del poder de las milicias armadas, principalmente anarquistas. Estas milicias, en la práctica, habían sustituido la legalidad estatal por comités de trabajadores armados que aplicaban la justicia revolucionaria de modo arbitrario y violento, buscando fundamentalmente la eliminación física del adversario político derechista, usualmente tras un simulacro de juicio.

Largo Caballero trata de eliminar el voluntarismo y discrecionalidad de las milicias apenas asume el mando gubernamental, y cuenta para ello como instrumento, al principio, con el apoyo de la Unión Soviética y del PCE estalinista. Incluso con Stalin se cruza una carta en la que el dictador soviético le aconseja que «cuide mucho la fachada burguesa de la República parlamentaria», en especial la facción del presidente Manuel Azaña, pero Largo Caballero le responde, sinceramente, que el Parlamento goza de un «predicamento escaso entre nosotros». Su gran preocupación, aparte del curso de la contienda, es intentar mantener la disciplina en el recién organizado ejército y sostener la autoridad del gobierno central dentro de la zona republicana a cualquier precio, juzgando que sin unas tropas disciplinadas y militarizadas sería imposible para la República derrotar al bando nacional.

En 1939, tras la derrota republicana, Largo se exilió en Francia. Al producirse en 1940 la ocupación de Francia por parte de la Alemania del Nacionalsocialismo es arrestado por las tropas de ocupación e internado en el campo de concentración de Sachsenhausen-Oranienburg, donde pasó la mayor parte de la Segunda Guerra Mundial.

Liberado al final de la misma por el Ejército Rojo, Largo Caballero murió en el exilio en París, el 23 de marzo de 1946, siendo sus restos depositados, tras un entierro multitudinario, en el cementerio parisino de Père Lachaise, frente a los mártires de la Comuna. Con la llegada de la democracia a España sus restos mortales fueron trasladados a Madrid en 1978, donde se celebró un funeral en su memoria al que acudieron 500.000 personas convocadas por las organizaciones socialistas (PSOE, UGT y JSE). Ese mismo año la UGT creó la Fundación que lleva su nombre.
 
   
 
 

 
Vicente Rojo Lluch
 

Vicente Rojo Lluch nace en  Fuente la Higuera, Valencia, el  8 de octubre de 1894.

Se puede decir que Rojo no eligió la carrera militar, ingresó en esta institución en calidad de huérfano de militar. Agravado por la situación económica de su familia en el año 1911, ingresa en la Academia de Infantería de Toledo.

Ascendido a comandante el 25 de febrero de 1936, al estallar la guerra civil, en julio de 1936, se mantuvo leal al gobierno de la República, y fue uno de los militares profesionales que participó en la reorganización de las fuerzas republicanas durante los instantes posteriores al pronunciamiento del 17 y 18 de julio de 1936.

El primer contacto con los milicianos fue muy bien entendido y fue considerado a partir de ese primer destino.] Durante esos meses de gran actividad tuvieron que reorganizar un nuevo ejército capaz de enfrentarse con las tropas nacionales que avanzaban por Extremadura hacia la capital, en ese intento se creó la Inspección General de Milicias con el objeto de controlar los batallones de voluntarios. El 18 de agosto llegan las noticias de la toma de Badajoz y de las brutales represiones posteriores por parte del General Yagüe.

Una de las primeras misiones asignadas a Vicente Rojo fue la de pactar una rendición al asediado Alcázar de Toledo el 9 de septiembre de 1936, esta misión fue ciertamente dura para él, ya que suponía volver a la academia en la que estuvo destinado como profesor durante casi una década.

Con un prestigio acrecentado, en marzo de 1937 fue nombrado coronel y en mayo, tras la formación del gobierno Negrín, Jefe del Estado Mayor Central de las Fuerzas Armadas y Jefe del Estado Mayor del Ejército de Tierra. En una reunión de Estado Mayor propuso una ofensiva que cumpliera cuatro puntos: descongestionar Bilbao, reducir el saliente de Teruel y crear una amenaza sobre Zaragoza, alejar al enemigo del Manzanares y cortar por Extremadura las comunicaciones en eje Norte-Sur. El primero de los puntos no pudo lograrse debido a que el 19 de junio Bilbao cayó, los otros sufrieron demoras.

La operación más ambiciosa que llevó a cabo Rojo ocurre a lo largo de 1938 y fue la ofensiva del Ebro, que dio lugar a la larga batalla del Ebro desarrollada desde el 25 de julio al 16 de noviembre de 1938, y en la cual la República se jugó su prestigio internacional, su capacidad de resistencia y la posibilidad de poder dar un giro favorable al curso de la guerra. Los primeros avances planificados por Rojo fueron exitosos. Tras un primer avance sorpresivo a las fuerzas franquistas, pronto el frente se estabilizó. Los aviones nacionales bombardeaban Barcelona en marzo. Tras la ofensiva de Aragón, que no lograron detener finalmente las tropas republicanas dirigidas por el General Rojo, los nacionales logran tocar el Mediterráneo cortando el 15 de abril, por primera vez, la comunicación de Barcelona con Madrid y Valencia, comienza de esta forma la ofensiva de Cataluña. Se incluyó de nuevo el plan P de Rojo, pero la gravedad de los acontecimientos negó de nuevo su ejecución. Los primeros días de abril caen Lérida y Gandesa.

Rojo en Barcelona con su familia planifica las operaciones militares, pero las tropas nacionales gobernadas por Franco, cambian de parecer y se dirigen a Valencia por la costa. Castellón cae el 14 de junio y Valencia sufrirá numerosos bombardeos aéreos de la aviación fascista hasta el 30 de marzo de 1939, momento en el que consiguen tomar la ciudad. A pesar de la organización de las tropas republicanas el día 15 de enero de 1939 cayó Tarragona. El 18 de enero, por insistencia de Negrín, el General Rojo habló por la radio por primera vez en toda la guerra.

Ese discurso, cargado de esperanza, impresiona a Antonio Machado que escribe al día siguiente una carta a Vicente Rojo. El 26 de enero Barcelona cae y Rojo menciona que la ciudad poseía los mismos medios materiales y humanos que Madrid en el año 1936, mencionando que Barcelona "se perdió simple y llanamente por no haber voluntad de resistencia". Ya desde el 15 se produjeron desbandadas de población hacia la frontera pirenaica con Francia, la caída de Barcelona agravó la situación. A pesar de aconsejar el General Rojo a Negrín la terminación de la Guerra, Negrín alegó que renunciar, supondría una lucha entre los que querían seguir y los que abandonaban.

Tras la caída de Cataluña, en febrero de 1939, pasó a Francia a la pequeña ciudad de Vernet-les-Bains lugar donde se reunió con su familia. Teresa, su mujer, da a luz la más pequeñas de las hijas el 29 de septiembre de 1938 y su padrino será Juan Negrín. En esta época Rojo muestra su amistad con el político. La familia estaba junta, con excepción de uno de los hijos que desde el comienzo de la contienda se encontraba en la zona nacional. Rojo pronto comprueba la situación penosa de los refugiados españoles en la zona francesa, ubicados en campos de concentración. Esta situación indignó a Rojo que en su intento de actuar escribe cartas "categóricas" a Negrín recriminando una solución.

En febrero de 1957 regresó a España, gracias a las gestiones de un jesuita que conoció durante su estancia en Bolivia y avalado también por el obispo de Cochabamba, antiguo capellán castrense a las órdenes de Rojo. Desembarcó en Barcelona y se dirigió a Madrid. Nada más llegar Vicente se le abre un Expediente Informativo a cargo del coronel Enrique Eymar Fernández, se le comunica que es un procedimiento rutinario con los que llegan del exilio.

Vicente se traslada a Sagunto y allí se entera que el procedimiento rutinario del Expediente Informativo acaba elevándose a Causa Criminal. El día 16 de julio de 1957 se le citó para ser procesado por «rebelión militar». Vicente Rojo amparándose en el artículo 554 recurrió, con ello se iniciaron los trámites. La situación pareció a Vicente muy ofensiva, tras 46 años de servicio sin incidentes, ahora era sentenciado por una causa que le dejaba perplejo. Durante el procedimiento tuvo que ponerse cada siete días con el Juez para ver si permanecía en Madrid (Raymond Carr le invitó a Londres y recibió como respuesta escueta: "de ninguna manera"). El día del proceso, eligió un abogado militar de turno: evitando que un amigo le defendiera. En la calificación provisional querían procesarlo a treinta años, el juicio tuvo lugar el 5 de diciembre de 1957. Finalmente sería juzgado por "Auxilio a la rebelión", en su calidad de ex-comandante del Ejército, paradójicamente por el hecho de no haberse rebelado contra el gobierno legítimo de la República.

Finalmente falleció en la casa de su suegro en Ríos Rosas 48 a las siete de la madrugada del 15 de junio de 1966.
 



 
Enrique Líster
 
 
Enrique Líster Forján, nació en Ameneiro, La Coruña, el 21 de abril de 1907.

Cantero de profesión en su tierra natal, Galicia, emigró a Cuba a los once años, regresando a España en 1925, donde ingresó en el Partido Comunista de España, iniciando así su actividad revolucionaria. Participó activamente en las luchas de los trabajadores agrarios en Galicia y se convirtió rápidamente en un importante activista sindical, en el difícil contexto del pistolerismo patronal contra los sindicatos en la fase final de la Dictadura de Primo de Rivera.

Enrique Líster se integró en el comité restringido que operaba sobre cuestiones militares y que el PCE había formado ante el creciente peligro de un golpe de estado contra la joven República. Así, junto con Juan Modesto Guilloto y Juan Fernández, integró la dirección de las Milicias Antifascistas Obreras y Campesinas (MAOC), que funcionaron como fuerza armada de choque del PCE.

La revolución de octubre de 1934 fracasa debido a la decisiva y firme posición del Gobierno. Constituyó el germen del Ejército Rojo formado por milicias encuadradas, instruidas y armadas, asesoradas por militares profesionales. Sin embargo, el aparato puesto en marcha por comunistas como Trifón Mediano, Enrique Líster y Juan Modesto partían de una concepción netamente antimilitarista.
Tras ganar las elecciones de febrero de 1936 el Frente Popular, se aceleraron los planes de golpe de estado de la clandestina Unión Militar Española (UME), lo cual aumentó la importancia de las actividades de las MAOC y del propio Líster.

En la fase inicial de la guerra, Líster tuvo un papel muy destacado en la organización en Madrid del Quinto Regimiento, la primera escuela militar para formación de milicianos asentada en un convento socializado de la madrileña calle de Francos Rodríguez y, en realidad, gran centro de reclutamiento y formación militar donde se forjaron las primeras unidades milicianas de forma organizada y eficaz.
Antes de finalizar julio de 1936, marchó a los combates en la Sierra de Guadarrama y allí, su experiencia técnica y capacidad organizativa fueron determinantes para su rápido ascenso por méritos de guerra. Participó en posteriores combates en el Tajo, Toledo y en el suroeste de Madrid.

Tras la militarización de las unidades de voluntarios y la creación del Ejército Popular de la República (EPR), Enrique Líster se convirtió en el comandante de la 1ª Brigada Mixta del Ejército Popular, alcanzando en el transcurso de la guerra la graduación de Mayor de Milicias, máximo empleo para los procedentes de la escala no profesional.

Adquirió verdadera notoriedad al ser encargado de la defensa de un sector de la ciudad durante la Batalla de Madrid, al mando de la 1ª Brigada Mixta del Ejército Popular. Fue posteriormente el responsable de la 11ª División, convirtiéndola en la más selecta unidad republicana, encargada de soportar los peores combates en las batallas de Guadalajara, Brunete, Belchite y Teruel. Las Brigadas bajo su mando constituían normalmente un batallón especial, entrenado para operaciones especiales en las líneas cercanas al frente y que ayudase en las operaciones de ruptura o defensa a ultranza para las que era requerido habitualmente.

El avance nocturno en Brunete, que permitió ocupar la población y capturar al Estado Mayor enemigo en la zona, o la ruptura por sorpresa en Teruel, fueron dirigidos por Líster. Posteriormente se cuestionó el afán de Líster (así como el de otro líder militar de la República, Juan Modesto) de detener por completo el avance de las tropas republicanas para eliminar pequeños focos de resistencia, dando tiempo a las tropas sublevadas de reforzar sus defensas y rechazar exitosamente los ataques republicanos, como sucedió en la Batalla de Belchite.

En el Ejército Popular el mando de grandes unidades no estaba limitado por el grado, de forma que un Mayor podía hacerse cargo en un momento determinado del mando de una división o incluso de un Cuerpo de Ejército; así, Líster dirigió la 11ª División y posteriormente actuó como jefe del Cuerpo de Ejército.
En julio de 1938, el reorganizado EPR en Cataluña emprende una ofensiva en el recodo del río Ebro (la Batalla del Ebro) con sus fuerzas de choque, el Ejército del Ebro al mando del Mayor Juan Modesto, rearmado con los recursos y pertrechos que Francia ha dejado cruzar la frontera en los días de la crisis checa. Enrique Líster recibe el mando del V Cuerpo del Ejército Popular de la República (Divisiones 11ª, 45ª y 46ª), encargándose del sector sur (Sierra de Pàndols y hasta Pinell de Bray) resistiendo con éxito durante dos meses el peso de los ataques franquistas. Finalmente, en octubre de 1938, tras sufrir graves pérdidas humanas y de material, las tropas del Ejército del Ebro se retiran organizadamente hacia Cataluña.

El golpe militar del Coronel Casado a principios de marzo de 1939 impide finalmente mantener la lucha y la derrota militar de la República es ya irreversible. Líster, junto con otros cuadros militares y políticos del PCE, logra marchar al exilio junto con el Gobierno de Negrín y escapa de la represión franquista, estableciéndose en la URSS.

Exiliado en la URSS, y tras un nuevo periodo en la Escuela Militar, participó en las discusiones y tensiones sufridas por el PCE en ese periodo, como resultado del adverso resultado en la guerra civil y los cuestionamientos de Stalin a algunos líderes comunistas españoles. Al formar parte del núcleo de militantes comunistas que habían sido militares de alta graduación, se le apartó del bloque de líderes políticos, incorporándose al Ejército Rojo ya entrada la Segunda Guerra Mundial, alcanzando el grado de General en las fuerzas de la URSS, de Polonia y de la nueva Yugoslavia.
Finalmente, Enrique Líster murió en Madrid el 8 de diciembre de 1994, en los días en que Izquierda Unida (IU) celebraba en Madrid su IV Asamblea, y sus restos fueron llevados con honores al cementerio civil madrileño.
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